Ciberacoso
(también llamado cyberbullying por su traducción al inglés) es el uso de
información electrónica y medios de comunicación tales como correo electrónico,
redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos
móviles, y websites difamatorios para acosar a un individuo o grupo, mediante
ataques personales u otros medios. Puede constituir un delito penal. El
ciberacoso es voluntarioso e implica un daño recurrente y repetitivo infligido
a través del medio del texto electrónico. Según R.B. Standler el acoso pretende causar angustia emocional,
preocupación, y no tiene propósito legítimo para la elección de comunicaciones.
El ciberacoso puede ser tan simple como continuar mandando e-mails a alguien
que ha dicho que no quiere permanecer en contacto con el remitente. El
ciberacoso puede también incluir amenazas, connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas.
El término ciberacoso fue usado por primera
vez por el educador canadiense Bill Belsey. Otros términos para ciberacoso son
"acoso electrónico," "e-acoso," "acoso sms",
"network mobbing", "acoso móvil" "acoso en
línea", "acoso digital", "acoso por internet",
"acoso en internet" o "internet acoso".
Características
del ciberacoso
Requiere destreza y conocimientos sobre
Internet. Esta información la obtiene principalmente de foros informáticos.
Falsa acusación: La mayoría de los acosadores
intentan dañar la reputación de la víctima manipulando a gente contra él.
Publicación de información falsa sobre las
víctimas en sitios web. Pueden crear sus propias webs, páginas de redes
sociales (páginas de Facebook), blogs o fotologs para este propósito. Mientras
el foro donde se aloja no sea eliminado, puede perpetuar el acoso durante meses
o años. Y aunque se elimine la web, todo lo que se publica en Internet se queda
en la red.
Recopilación de información sobre la víctima:
Los ciberacosadores pueden espiar a los amigos de la víctima, su familia y
compañeros de trabajo para obtener información personal. De esta forma saben el
resultado de los correos difamatorios, y averiguan cuales son los rumores más
creíbles de los que no crean ningún resultado.
A menudo monitorizarán las actividades de la
víctima e intentarán rastrear su dirección de IP en un intento de obtener más
información sobre ésta.
Envían de forma periódica correos difamatorios
al entorno de la víctima para manipularlos.
Manipulan a otros para que acosen a la
víctima. La mayoría tratan de implicar a terceros en el hostigamiento. Si
consigue este propósito, y consigue que otros hagan el trabajo sucio
hostigándole, haciéndole fotos o vídeos comprometidos, es posible que use la
identidad de éstos en las siguientes difamaciones, incrementando así la
credibilidad de las falsas acusaciones, y manipulando al entorno para que crean
que se lo merece. A menudo la víctima desconoce la existencia de estos hechos,
debido al silencio de los testigos. Incluso el acosador puede decir que la
víctima ya conoce estas fotos/vídeos, para intentar evitar que algún testigo le
informe; incrementando así las sospechas y creando una falsa paranoia en la
víctima.
El acosador puede trasladar a Internet sus
insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro
determinado (blogs, websites), incluso facilitando en algunos casos sus
teléfonos, de manera que gente extraña se puede adherir a la agresión.
Quizá acuse a la víctima de haberle ofendido a
él o a su familia de algún modo, o quizá publique su nombre y teléfono para
animar a otros a su persecución.
Falsa victimización. El ciberacosador puede
alegar que la víctima le está acosando a él.
Ataques sobre datos y equipos informáticos.
Ellos pueden tratar de dañar el ordenador de la víctima enviando virus.
Sin propósito legitimo: quiere decir que el
acoso no tiene un propósito válido, sino aterrorizar a la víctima y algunos
acosadores están persuadidos de que tienen una causa justa para acosarla,
usualmente en la base de que la víctima merece ser castigada por algún error
que dicen que ésta ha cometido.
Repetición: quiere decir que el ataque no es
un sólo un incidente aislado. Repetición es la clave del acoso en línea. Un
ataque en línea aislado, aun cuando pueda estresar, no puede ser definido como
acoso cibernético.
Desamparo legal de estas formas de acoso, ya
que aunque cierren una Web con contenido sobre la víctima, puede abrirse otra
inmediatamente.
Es un modo de acoso encubierto.
Es un acto de crueldad encubierta.
El acoso invade ámbitos de privacidad y
aparente seguridad como es el hogar familiar, desarrollando el sentimiento de
desprotección total.El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.
No necesita la proximidad física con la víctima. El 'ciberacoso' es un tipo de acoso psicológico que se puede perpetrar en cualquier lugar y momento sin necesidad de que el acosador y la víctima coincidan ni en el espacio ni en el tiempo. Por ejemplo, quien abusa puede mandar una amenaza desde cientos de kilómetros a medianoche y quien lo recibe lo hará a la mañana siguiente cuando abra su correo electrónico.
La omnipresencia y difusión instantánea de internet provoca que el 'ciberacoso' pueda llegar a ser tan o más traumático que el acoso físico.
Por otro lado, "la fácil agrupación de hostigadores, a quienes se puede pedir su colaboración de manera fácil y económica, sean personas conocidas o no y la cómoda reproducción y distribución de contenidos de carácter audiovisual son otros factores que en determinadas circunstancias resultan determinantes para que surja o se consolide una situación de 'ciberacoso'".
El 'ciberacoso', al tratarse de una forma de
acoso indirecto y no presencial, el agresor no tiene contacto con la víctima,
no ve su cara, sus ojos, su dolor, su pena, con lo cual difícilmente podrá
llegar a sentir empatía o despertar su compasión por el otro. El ciberacosador
obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño
ocasionado en el otro, ya que no puede vivirlo in situ.
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